El gordo que llevo dentro...

Hace unos días escuchaba en una entrevista como uno de los tertulianos hablaba del tema del control de peso y hacía referencia a que todos llevamos un gordo dentro y que cuando no está bajo control nos hace comer impulsivamente y nos rompe esa rutina que tanto nos cuesta llevar.

Esta frase, que no deja de ser una forma de hablar, deja bien claro que en su caso, como en el de la mayoría, el control de peso y en consecuencia la obesidad no es un problema físico sino psicológico. 

Está imagen es tan dura...como cierta. Nos programan, nos educan el paladar, y sobretodo el cerebro, haciéndonos adictos y creando unos hábitos muy peligrosos desde la infancia. Lo dulce es la chispa de la vida y nos hace felices...

La obesidad ya es una de las patologías que más gasto genera a la seguridad social pero no sabemos muy bien por que motivo nuestros gobiernos prefieren pagar DOS intervenciones de reducción de estómago a un paciente antes de asumir que ésa no es la forma de tratar está enfermedad.

En el sector privado existen ya centros donde se hacen terapias psicológicas incluso en grupo donde se aborda este tema desde un punto de vista global: dieta y buenos hábitos alimenticios, ejercicio  y terapia psicológica (conocemos de primera mano la clínica Rávena en Madrid).

Entendemos que la lucha por salir de ciertos hábitos es muy dura pero nuestra calidad de vida está en juego. 

Antes de recurrir a dietas milagro quizás debamos pensar en los motivos reales por lo que no somos capaces de controlar nuestros impulsos y desde ahí reeducarnos pasito a pasito. Debemos reprogramarnos.

La famosa ansiedad que muchas veces usamos como pretexto para atracar la nevera sin pararnos a pensar el motivo real. Aunque todos tenemos claro que la comida no es la solución.

Problema, ansiedad, comida, más problema, más ansiedad, más comida... 

Seamos CONSCIENTES de lo que comemos, vemos, leemos, viajamos, disfrutamos... La vida es demasiado bonita como para no ser dueños de ella.