Pero qué hago yo aquí...
- Admin
- 2 feb 2018
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Mañana tenemos una salida en bici larga (por cierto estáis todos invitados). Las normas son sencillas: cada uno aguanta Hasta donde puede, todos somos mayorcitos y sabemos el camino, una vez q te descuelgues coje tu ritmo y no te agobies. Otro día aguantaras más.
En estos días en los que pones el cuerpo al límite, a menudo nos pasan los fantasmas de los malos pensamientos:
¿Pero quien me mandará a mí?, ya me vale. Pudiendo estar en cama...
Cuando las cosas no funcionan o nos encontramos muy cansados es cuando debemos pararnos a pensar en los motivos por los cuales hacemos lo que hacemos.
En primer lugar debemos estar ubicados, no tiene sentido pedirle al cuerpo más de lo que nos puede dar. No siempre estamos a tope de energía e intentar ir siempre al 100% nos suele llevar a problemas en forma de lesión, anemias...

En segundo lugar es importante recordar el motivo por el que hacemos lo que hacemos. No somos profesionales pero siempre hay una motivación. Ya sea una cuestión de salud, un reto o por afán competitivo siempre hay un motivo por el que nos gusta superarnos.
Para ello debemos entender que habrá días malos, en los que nos duela todo y veamos todo negro. Pero superar esos esos días es que nos hace ser más fuertes. Nos metemos en la ducha con la sensación del deber cumplido, sabiendo que en el fondo nos gusta lo que hacemos y con un sesión menos para llegar a nuestro objetivo.
Pensamientos positivos atraen resultados positivos y por muy duro que pueda parecer la sesión de mañana (o la de ayer) hacemos ésto por que nos gusta y porque no reconocerlo, machacarnos un poco de vez en cuando nos hace un poquito más felices.
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