Entrena o revienta.
- Admin
- 25 ene 2018
- 2 Min. de lectura
Cuando los entrenadores diseñamos los ciclos de entrenamiento y las sesiones, deberíamos tener en cuenta, además de lo puramente físico, otros factores que influyen en el rendimiento. Cuestiones como el trabajo del deportista, situación familiar, tiempo disponible o contratiempos de todo tipo pueden hacer que una sesión sencilla se convierta en un imposible.  Es muy difícil saber cuándo hay q parar por el cansancio "no programado", o bien seguir a pesar de estar "hecho una mierda" Hace unos meses escuchaba una entrevista a Bruno Hortelano en la que decía que si en una sesión no terminaba de tener buenas sensaciones se marchaba para casa. Que su trabajo se basa en la calidad y que entrenar por entrenar no tendría sentido. La clave está ahí, en el objetivo de la sesión. En los deportes de resistencia y sobretodo los de gran resistencia muchas veces el objetivo de la sesión es trabajar en fatiga sin importar demasiado los ritmos. El objetivo principal es seguir rascando en nuestra capacidad de acumular km y minutos. Con esto no queremos decir que si hay programadas series de 500m en el agua debamos hacerlas sin intensidad, sino que en vez de hacerlas a tope y acabar muerto o directamente no terminar, es mejor poner el "piloto automático" y completar la sesión. En nuestro grupo siempre decimos que las sesiones que más cuestan valen por dos y en parte es cierto ya que además de las capacidades físicas estamos desarrollando nuestra fortaleza mental (a menudo más importante que lo físico). Eso si, esos estados de mucha fatiga no deben ser constantes. Hay momentos, días o incluso semanas, en las que el cansancio es el protagonista pero también habrá momentos de descanso para recuperar fuerzas y encontrarse muy bien.

Comer, dormir/descansar y entrenar. Los tres pilares para rendir. Si uno falla llegan los problemas. Es ahí donde la comunicación entre entrenador y deportista debe fluir para adecuar las sesiones a los otros dos pilares. ¿Todo suma? Si. ¿A cualquier precio? Nunca.
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